Citado en reportaje de Univision por Jorge Cancino el 18 de junio de 2018

Cancino, Jorge. 2018. “Sessions esta equivocado”: investigadora que advirtió sobre la crisis en la frontera fustiga política de ‘tolerancia cero’. Univisión 18 June. <https://www.univision.com/noticias/asilo-politico/sessions-esta-equivocado-investigadora-que-predijo-la-crisis-en-la-frontera-fustiga-politica-de-tolerancia-cero&gt;.

Una de las principales investigadoras que en 2013 advirtió sobre la crisis de refugiados en la frontera entre México y Estados Unidos fustigó la política de ‘tolerancia cero’ del gobierno de Donald Trump y dijo que las recientes palabras del fiscal general Jeff Sessions, pronunciadas ante un grupo de líderes religiosos en Fort Wayne, Indiana, “no tienen mérito”.

“Sessions está equivocado en sus opiniones”, señaló Elizabeth Kennedy, profesora e investigadora de la Universidad Estatal de San Diego y de la Universidad de California en Santa Bárbara, California, quien en 2013 anticipó la oleada de niños migrantes no acompañados y familias desde Centroamérica y México hacia Estados Unidos huyendo de la violencia y la pobreza del denominado Triángulo Norte.

Las advertencias de Kennedy, sin embargo, no fueron atendidas convenientemente por la entonces administración gobierno de Barack Obama. Las oleadas de miles de migrantes procedentes de El Salvador, Guatemala y Honduras sobrepasaron la capacidad de respuesta del gobierno federal, generándose un caos sin precedentes.

Cinco años más tarde, el gobierno de Donald Trump “desconoce la realidad y los estudios”elaborados por expertos, indica Kennedy, quien en su momento previno la tragedia humanitaria en Centroamérica a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y alertó sobre los graves peligros que enfrentaban los migrantes en sus países de origen y durante la peligrosa travesía hacia la frontera sur de Estados Unidos en busca de asilo.

A pesar de los esfuerzos del gobierno de Trump por esconder la crisis, “la huida” de personas del Triángulo Norte no se detiene. De hecho: “está aumentando”, dice Kennedy.

La investigadora también explica que, de acuerdo con la actual legislación, “para avanzar en el proceso de pedir asilo, la persona tiene que pasar una entrevista de miedo creíble o razonable antes de ser deportada. Y el hecho que mas que 80% de los solicitantes de asilo pasan esta entrevista, es prueba de que la mayoría tiene mérito”, menciona.

Simultáneamente, explica, “el hecho de que hayan aumentado los números de niñas, niños, mujeres y familias enteras provenientes de El Salvador, Guatemala y Honduras para pedir asilo, muestra que es mas adecuado hablar de huidas” y no de intentos de abusar de la política de asilo, como refiere Sessions.

Kennedy puntualiza que las miles de personas que en los últimos años han escapado de sus países, “no solo han pedido asilo en Estados Unidos, sino también en México, Costa Rica, Panamá, Belice y en mas de 20 otros países”, convirtiendo la “huida” en una verdadera crisis humanitaria sin precedentes.

“Mientras la migración por trabajo o familia se queda más o menos estable, principalmente de hombres adultos”, indica la investigadora, “la crisis generada por conflictos y desastres naturales provocan largos desplazamientos de personas con un elevado porcentaje de niños y familias”.

Kennedy no opina lo mismo. “Me imagino que Sessions diría que en 80% de los casos actuales de asilo, el actor de persecución es un ‘actor privado’, como una pareja que abusa o viola o una mara (pandilla). Al respeto, del primer grupo de abusadores y violadores no son solo actores privados si el Estado permite que abusen y violen a sus víctimas”.

Señala que se ha documentado que el Estado, sea por tener recursos y entrenamiento limitado, por falta capacidad y/o corrupción a nivel municipal, departamental y nacional, “no tiene la voluntad para detenerlo”.

Prueba de ello, refiere, “es que la mayoría de abusadores y violadores son crónicos y muchas víctimas intentaron denunciar varias veces los ataques sin recibir protección y, a veces, resultaron más avengonzadas debido a las burlas que las autoridades les hicieron. Entonces, el Estado fracasa en su deber de protegerlas y por eso, la única opción que les queda para sobrevivir es huir” en busca de asilo.

A estas personas “la ley nacional e internacional les da derecho a estatus refugiado”, asevera.

En cuanto a la persecución causada por pandillas, Kennedy reconoce que este grupo de individuos, las maras “no son actores privados en ningún sentido”, pero sí organizaciones criminales.

Añade que “la definición de crimen organizado incluye a quienes utilizan su influencia política y económica para lograr sus actividades” y que “está documentado en los tres países donde existen maras (El Salvador, Guatemala y Honduras) estos grupos controlan territorio a nivel comunitario, monitoreando a todos sus pobladores”.

“Sobornan y amenazan de muerte a las autoridades del Estado, que lo permiten, para que estén informados cuando alguien intenta hacer una denuncia y reciben noticias de operativos antes que estos ocurran. Al mismo tiempo, los políticos al más alto nivel se han sentado en la mesa para dialogar sobre cómo bajar las tasas de homicidios con los grupos que los cometen, y alcaldes y diputados usan sus redes y, a veces, también integran las maras”.

El problema, señala, “es que ningún gobierno (en Estados Unidos) ha reconocido que la mayoría de las personas que huyen del Triángulo Norte son refugiados”. Y la administración de Trump “es peor que los gobiernos que le precedieron, quizás con la excepción de Reagan. La razón, en parte, es que niegan el papel del Estado corrupto que, más que todo, ignora a su gente más vulnerable y pobre, y los persigue, muchas veces, con políticas militarizadas y fondos enviados por Estados Unidos”.

“Es ahí donde encontramos las raíces profundas del sufrimiento actual. Originalmente, las maras surgieron en respuesta al fracaso y la persecución del Estado en barrios con mínimos recursos y donde el Estado tiene historia de no estar presente, permitiendo que la gente sufra pobreza extrema, hambre y muerte temprana. Pero cuando el estado decidió entrar, fue para perseguir a la mara cuando ésta se había organizado y llegaron para reprimirla violentamente”.

En septiembre de 2015, un año y medio después de la primera advertencia, la investigadora puntualizó que las raíces están “profundas y no pueden ser cambiadas en solo unos pocos meses”.

Agregó que los gobiernos (de Guatemala, El Salvador, Honduras y México) “han gastado la mayoría del dinero en campañas de prevención o de concientizar la gente sobre los riesgos de venir a Estados Unidos, y con ello romper los vínculos con las redes criminales de tráfico humano y mejorar los centros de recepción, pero no están combatiendo la principal causa de la migración al norte, la violencia”.

“Se necesita que el enfoque sea puesto en reparar el tejido social, disminuir la inequidad, ofrecer trabajos con un salario digno y tener opciones legales para las familias transnacionales y que, por ejemplo sus hijos, puedan visitarles”, apuntó.


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